CRÓNICA DE LA SEMANA SANTA 2019
Una Semana Santa repleta de emoción y alegría, con muchos días por delante con muchos actos y, que, como no, siempre recibida con devoción por nuestro pueblo, Jumilla.
La semana de la Semana Santa comenzó con el LUNES SANTO, un día no de los más importantes de esta festividad, pero sí repleto de grandes acontecimientos en los cuales participarían mucha gente.
El primero de ellos era el traslado del Cristo Amarrado a la Columna desde la Iglesia de Santiago hasta la Sede del mismo. La procesión constaba de varias partes, ya pudieran ser el estandarte con los dos faroles a los lados, los Armaos, los niños pequeños de las guarderías, que, como no, al final iban cansados y diciendo cosas como “tengo sed”, “tengo hambre”, “me duelen las piernas” …, le seguía la imagen del Cristo y finalmente todo el pueblo que lo quería acompañar. Un hecho muy bonito, que, si le tienes devoción a este Cristo no te podrías perder.
De nuevo, por la tarde, otro traslado, esta vez del Cristo de la Reja, el cual se guarda en el Monasterio de Santa Ana del Monte. Lo más especial de este traslado, y lo que lo hace especial y único, es que los niños y adolescentes bajan, turnándose con más adultos, al Cristo hasta llevarlo a la Iglesia de San Juan. Haciendo una parada en la Ermita de San Agustín, donde cogerán las antorchas para llevarlo a su destino final.
El siguiente día de la semana sería el MARTES SANTO, un día donde el centro se encontraba a media noche. Y es que estaba la procesión del silencio, la cual comenzaba a las 23.30 con la Celebración Penitencial en la Iglesia de Santiago. Después, a las 00.00 empezaba la procesión, donde personas con la cara tapada salían por las calles más peligrosas, inclinadas y estrechas de Jumilla, junto con cruces, cadenas, velas. Además, también salían dos imágenes: el Santísimo Cristo de la Vida y Nuestra Señora de la Esperanza. Éstas se podían observar con la poca luz que las hogueras, colocadas a lo largo de las calles, daban al ambiente.
MIÉRCOLES SANTO era el siguiente día, por la mañana nada importante. Mas por la tarde, comenzaba a las 17.30 con el Prendimiento en la Plaza Arriba, obra escrtita en verso de mediados del siglo XIX a la cual el pueblo le tiene gran devoción. Representado por actores de la localidad. La gente se lo sabe casi de memoria, pero año tras año, no nos lo podemos perder.
Por la noche, a las 22.00, la primera procesión en la cual los niños, se podría decir, están más contentos, ya que es la primera en la que se pueden recoger los caramelos dados por los nazarenos, vestidos con túnicas de diferentes colores, cada una de dicha hermandad. Una procesión que con más de siglo y medio de historia sale desde la antigua Ermita de la Virgen del Loreto, hoy iglesia de El Salvador, de estilo barroco murciano. La imagen de la Samaritana inicia el recorrido, más tarde, en el Huerto de Getsemaní donde prenden a Jesús, antes de ser negado por San Pedro, la primera espada se clava en el pecho de la Virgen María, la cual finaliza la procesión.
El siguiente día es JUEVES SANTO, donde comienza la gran desilusión para mucha gente, para la gente que le tiene cariño a esta semana. Y es que la lluvia se nos echa encima, no permitiendo que saliesen las manolas, una pareja donde la mujer se viste con mantilla y teja y el hombre con la túnica de la cofradía, sin capuz. Y donde salen a visitar los monumentos más primordiales de Jumilla. La música del maestro Julián Santos los cubre con la famosa canción “las mantillas del Jueves Santo”.
Además, por la noche no es posible realizar la procesión de la Amargura, donde parecía que no fuese a llover, pero que por votación queda suspendida definitivamente. Algunos nazarenos, enfadados, discutían por el hecho de no llevarse a cabo esta procesión con dichos como “pero si no va a llover, ¿no ves que no da agua hasta dentro de tres horas?”, “podríamos ir deprisa y ya está” o “entonces, ¿para qué tenemos a los Santos? ¿Para tenerlos guardados?”.
La procesión más antigua de Jumilla, con seis siglos de caminata por las calles de nuestro pueblo, fundada por el santo valenciano San Vicente Ferrer, no puede ser observada por la gente. La procesión urge respeto y nos hace levantarnos la devoción al paso del Cristo Amarrado a la Columna. El incienso es la guinda del pastel y se adueña del ambiente, la Virgen de la Amargura cierra la procesión, que, este año no se ha podido celebrar.
Otro día comienza, el VIERNES SANTO, que, por el tiempo, no es recibido correctamente, ya que grandes torrenciales nos cubren, haciendo así que la procesión del Calvario no se pueda llevar a cabo, una procesión que muestra a la perfección la pasión de Cristo hasta su muerte con El Cristo de la Salud. Este año, lamentablemente, no se podrá ver varias de las magníficas imágenes.
Por la noche, a las 22.00, como no, con la lluvia al mirar arriba, no se pudo celebrar la procesión del Santo Entierro. Una procesión que se presenta seria y sin el afán de caramelos, con los anderos a cargas de los tronos, se haría visible la procesión esperada.
El siguiente día es el SÁBADO SANTO, a las siete de la tarde podría realizarse la procesión de la Redención, pero la lluvia no lo permitió. Y así es cómo una procesión de las más recientes, una procesión que intenta recuperar el diseño de algunas más antiguas y una procesión con tres imágenes no se visualiza en la tarde del Sábado Santo.
El último día de la Semana, y es el DOMINGO DE RESURRECCIÓN, que se presenta con el encuentro de Jesús Resucitado y la Virgen Gloriosa, más tarde, el Caracol de los Armaos se realiza y por último la procesión de Jesús Resucitado. Eso sin contar la Caramelada, lucha de caramelos que les encantan a los nazarenos y paisanos, que se realiza al terminar la procesión.
Y así es como vivimos esta Semana Santa, llena de pasión y cariño. Aunque con la lluvia no se hayan podido realizar algunos de los actos, eso no nos desilusionará ni nos pondrá abajo, seguiremos atentos a la Semana Santa del año que viene.
JUAN CARLOS MARTÍNEZ PAYÁ 2º ESO B
El siguiente día es JUEVES SANTO, donde comienza la gran desilusión para mucha gente, para la gente que le tiene cariño a esta semana. Y es que la lluvia se nos echa encima, no permitiendo que saliesen las manolas, una pareja donde la mujer se viste con mantilla y teja y el hombre con la túnica de la cofradía, sin capuz. Y donde salen a visitar los monumentos más primordiales de Jumilla. La música del maestro Julián Santos los cubre con la famosa canción “las mantillas del Jueves Santo”.
Además, por la noche no es posible realizar la procesión de la Amargura, donde parecía que no fuese a llover, pero que por votación queda suspendida definitivamente. Algunos nazarenos, enfadados, discutían por el hecho de no llevarse a cabo esta procesión con dichos como “pero si no va a llover, ¿no ves que no da agua hasta dentro de tres horas?”, “podríamos ir deprisa y ya está” o “entonces, ¿para qué tenemos a los Santos? ¿Para tenerlos guardados?”.
La procesión más antigua de Jumilla, con seis siglos de caminata por las calles de nuestro pueblo, fundada por el santo valenciano San Vicente Ferrer, no puede ser observada por la gente. La procesión urge respeto y nos hace levantarnos la devoción al paso del Cristo Amarrado a la Columna. El incienso es la guinda del pastel y se adueña del ambiente, la Virgen de la Amargura cierra la procesión, que, este año no se ha podido celebrar.
Otro día comienza, el VIERNES SANTO, que, por el tiempo, no es recibido correctamente, ya que grandes torrenciales nos cubren, haciendo así que la procesión del Calvario no se pueda llevar a cabo, una procesión que muestra a la perfección la pasión de Cristo hasta su muerte con El Cristo de la Salud. Este año, lamentablemente, no se podrá ver varias de las magníficas imágenes.
Por la noche, a las 22.00, como no, con la lluvia al mirar arriba, no se pudo celebrar la procesión del Santo Entierro. Una procesión que se presenta seria y sin el afán de caramelos, con los anderos a cargas de los tronos, se haría visible la procesión esperada.
El siguiente día es el SÁBADO SANTO, a las siete de la tarde podría realizarse la procesión de la Redención, pero la lluvia no lo permitió. Y así es cómo una procesión de las más recientes, una procesión que intenta recuperar el diseño de algunas más antiguas y una procesión con tres imágenes no se visualiza en la tarde del Sábado Santo.
El último día de la Semana, y es el DOMINGO DE RESURRECCIÓN, que se presenta con el encuentro de Jesús Resucitado y la Virgen Gloriosa, más tarde, el Caracol de los Armaos se realiza y por último la procesión de Jesús Resucitado. Eso sin contar la Caramelada, lucha de caramelos que les encantan a los nazarenos y paisanos, que se realiza al terminar la procesión.
Y así es como vivimos esta Semana Santa, llena de pasión y cariño. Aunque con la lluvia no se hayan podido realizar algunos de los actos, eso no nos desilusionará ni nos pondrá abajo, seguiremos atentos a la Semana Santa del año que viene.
JUAN CARLOS MARTÍNEZ PAYÁ 2º ESO B